Beca Premio Jorge Oswaldo Albarracín Gutiérrez

Transcripción

1 Beca Premio 2015 Jorge Oswaldo Albarracín Gutiérrez Pastelería alemana. Este fue el primer pensamiento que tuve cuando me aproximé por primera vez al Goethe Institut. Pensé que podría tener la posibilidad de aprender mejor la pastelería alemana si pudiera aprenderla en Alemania, por eso me decidí a aprender Alemán. Al principio el idioma no me pareció tan difícil. Sólo al principio, porque después se puso complicado. Mientras más lo aprendía, sonaba para mí más poético. Mientras lo aprendí pude también abrir un poco la mente a otro tipo mentalidad. Así que no me di por vencido y acepté el reto de aprender alemán hasta el final. Un tiempo después me enteré que el Instituto ofrecía la posibilidad de aprender el idioma en Alemania gracias a esta beca premio. Pensé que sería un sueño poder estar en Alemania un mes entero, en el cual podría aprender y degustar la pastelería que tanto me atrae. Un sueño que hice realidad gracias al Goethe Institut. Después de dos años de aprender este hermoso idioma por fin lo logré. Alemania estaba a mi alcance. Once posibilidades estaban a mi disposición para conocer este mágico país y me decidí por un precioso lugar, Freiburg! La capital verde de Alemania. Muy cerca de la frontera con Suiza

2 y Francia y también cerca de la hermosa selva negra. Suena como todo un paraíso que pude conocer. El viaje fue muy agotador para mí, porque fue la primera vez que viajé al extranjero y elegí un destino tan lejano. Una idea descabellada para muchos. Dos días estuve cruzando fronteras y mirando amaneceres en tierras para mí desconocidas para llegar a Frankfurt. Dos horas más pude contemplar el paisaje que ofrece el tren para llegar a Freiburg. Estando sólo en Alemania confié en el sistema alemán que funciona de maravilla. No tuve ningún problema para llegar a mi destino. Cansado como nunca en la vida vi por primera vez la ciudad de Freiburg, hermosa e increíble. Mi primera impresión: Dos hermosos puentes. Sabía que debía cruzar uno de los dos puentes para poder llegar al Goethe Instut Freiburg. Mientras cruzaba el puente, me esperaba allí paciente el primer recuerdo que siempre llevaré de Freiburg: Un hermoso atardecer a las ocho de la tarde. Esa es la magia de Freiburg, te hace sentir en casa desde el primer momento en el que uno está allí. En el Instituto me dijeron que debía registrarme en la casa de invitados. Este lugar también es muy lindo. La mayoría de estudiantes del Goethe viven allí, así que uno puede conocer gente del mundo entero. Allí cada uno

3 tiene una habitación, pero hay dos cocinas, una terraza, un jardín, una lavandería, un lugar para jugar ping pon y ver películas prácticamente un castillo. Al día siguiente de mi llegada hice el examen para saber qué curso tomaría. Cursé el C.1.1., en el cual no había muchos estudiantes, pero la gente venía de distintos países como Grecia, Suiza, Arabia Saudí, Turquía, Estados Unidos, España e incluso una compañera de Bolivia. Una sorpresa para mí. Con estos compañeros se forjaron en este corto tiempo lazos de amistad que durarán una vida entera. Y no me olvido del profesor, quien es simplemente una gran persona. Él nos enseñó mucho, no solo del idioma, sino también de Alemania y la cultura. Siempre muy dispuesto a ayudarnos. Pero las clases de alemán no eran lo único que el Instituto tenía para ofrecer, sino también un programa cultural y de tiempo libre en Freiburg. En esta oficina conocí también personas muy amables que jamás olvidaré, porque con ellas pude conocer mejor Freiburg. Ellos organizaban paseos, excursiones, viajes a otros estados. Pero la variedad era mucha y el tiempo muy corto para poder hacer todo lo que el programa cultural ofrecía. Por esta razón debo volver sin falta a Freiburg! El ambiente en Freiburg es simplemente increíble. Algo que no olvidaré jamás es la cantidad de bicicletas que allí existen. Todos tienen una. Sospecho que hay más bicicletas que automóviles en Freiburg. Allá se interesan mucho en el medio ambiente, lo saludable y la naturaleza. Por todos lados uno puede ver lo maravilloso que es Freiburg, con florecillas en los balcones y pequeños

4 jardines donde la gente siembra y cosecha sus vegetales. Pero como en todo existe un contraste muy interesante. A pesar de que la gran mayoría se ocupa la salud, del medio ambiente y la ecología, muchos fuman sin parar. Hay automáticos dispensadores de cigarrillos en cada esquina, por así decirlo. La mentalidad alemana debo admitir que me gusta. Los paisajes en Alemania son simplemente hermosos. La selva negra será siempre uno de mis lugares favoritos, porque en el ella obtuve un nuevo nombre mientras jugábamos y reíamos con los amigos, haciendo una caminata a través de ella. Entre los chistes fui rebautizado como SchwarzWaldo, la combinación de mi nombre Oswaldo con Schwarzwald (Selva negra en alemán) Desde entonces y por siempre seré en Freiburg SchwarzWaldo. Y como mis amigos dijeron, encontré un nuevo hogar. Pero en Freiburg no solamente hay naturaleza para contemplar y explorar. La ciudad está llena de historia en sus calles. Muchas iglesias y edificios antiguos contrastan muy bien con las nuevas y modernas edificaciones. Y algo que no olvidaré y que me pareció muy interesante son los canales

5 que corren por todo Freiburg. Estos canales, o Bächle en alemán, eran usados como medida preventiva contra el fuego. Siempre corre agua a través de estos canales y en tiempos antiguos servían para poder apaga un fuego rápidamente y evitar que se propague. En la actualidad ya no cumplen este objetivo, sino más bien son parte de la historia e imagen de Freiburg. También se dice que si uno cae accidentalmente en uno de estos pequeños canales, se casará con alguien de Freiburg. Pero debe ser casual, porque no funciona si es intencional ya lo intenté. Aprovechando la estadía en Alemania, decidí ir a visitar a un par de amigos que viven en Suiza y pude también contemplar lo maravilloso de este país. Igual de mágico que Freiburg. Además de conocer lugares hermosos, también conocí la pastelería alemana más de cerca. Tuve la oportunidad, gracias a mi profesor, de trabajar en una hermosa pastelería en las cercanías de Freiburg, donde aprendía muchas cosas nuevas acerca de la pastelería alemana. Simplemente increíble la variedad de postres, tortas, pasteles, horneados y panes.

6 Hermosos lugares, sabrosa comida, increíbles paisajes, maravillosa e incomparable gente, muchas nuevas experiencias. Simplemente un sueño. Los sueños duran para siempre pensé el tiempo no pasaría pensé, pero llegó a su fin. Ahora y por siempre vivirán estos recuerdos en mi corazón y jamás, jamás los olvidaré. Y estoy infinitamente agradecido con el Goethe Institut y todos los docentes que siempre fueron muy amables conmigo. Jamás me hubiera imaginado que el alemán fuera tan maravilloso, con sus complejas palabras compuestas y sus pequeñas palabras llenas de significado, como Fernweh que se traduciría como las ansias de viajar, o también como extrañar algún lugar que aun no se conoce. Fue esto lo que me impulsó a conocer Alemania y su idioma. Ahora ya no extraño lo que no conozco, sino más bien extraño ese nuevo hogar que en Alemania encontré y todo gracias a un nuevo idioma. Gracias al alemán.

7 FREIBURG