HABLANDO CON LA PINTURA: UN PROYECTO CON PERSONAS CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL DENTRO DEL PROGRAMA UN MUSEO ABIERTO

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1 HABLANDO CON LA PINTURA: UN PROYECTO CON PERSONAS CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL DENTRO DEL PROGRAMA UN MUSEO ABIERTO El presente artículo desarrolla el aspecto metodológico del trabajo que desde el Departamento de Educación del Museo Thyssen-Bornemisza se ha realizado con el grupo del proyecto Argadini desarrollado por Rebeca Barrón. Un trabajo que mejor se podría calificar de encuentro, un encuentro entre tres caminos muy distintos: el del grupo, el del Museo entendido éste como espacio- y el de los educadores, que se prolongó en el tiempo durante tres años de actividad intensa. El Museo, además, tuvo un doble papel, por un lado como agente emisor de conocimientos y disfrute y, por otro, como receptor de una nueva mirada y de una nueva manera de estar. Dicho encuentro ha dado muchos frutos que se han clasificado por temas y por proyectos de trabajo que han quedado recogidos en una guía de recursos didácticos susceptible de ser utilizada en la dinamización de cualquier grupo. Ahí está todo lo que se puede hacer y los materiales que se necesitan. En estas páginas se hará una reflexión sobre el cómo se ha hecho, los caminos y los cambios que el proyecto ha ido experimentando. Dentro del Museo el proyecto se ha desarrollado en dos espacios: el Aula Educatthyssen y las propias salas del Museo. En cada uno de los mencionados espacios se han repetido algunas estrategias, comunes a cualquier actividad pedagógica relacionada con lo artístico y la creatividad, pero evidentemente cada uno ha tenido también sus particularidades en relación a su propia naturaleza, es decir, si se trataba de un trabajo de taller en el Aula o de un diálogo en las salas frente a las obras. En el mes de septiembre del año 2004 acordamos que debíamos seguir con la línea comenzada durante los meses de mayo y junio del mismo año en los que se llevó a cabo la primera toma de contacto. Una línea basada en el conocimiento del Museo como un lugar público de disfrute y de aprendizaje que ellos podían usar de pleno derecho. Durante esos primeros meses, los objetivos estuvieron muy controlados y muy dirigidos a una actividad de taller que giró en torno al estudio de una obra del Museo. Esta primera experiencia, más corta en el tiempo que las posteriores, sirvió como primer acercamiento entre el grupo y el Museo tanto desde el punto de vista del espacio: estoy en un Museo, para qué sirve, para qué me sirve a mí, como desde el punto de vista de lo personal, del contacto entre los educadores y ellos. En definitiva, saber cómo íbamos a funcionar todos juntos. Desde luego, para el equipo del Museo era todo un reto ya que nunca habíamos tenido una experiencia similar, no ya tanto por las características concretas del grupo, puesto que consideramos que todos los grupos las tienen y todas son especiales, sino porque iba a tratarse de una museo abierto Página 1

2 colaboración que se iba a alargar en el tiempo durante dos años, algo a lo que no estábamos acostumbrados. Un trabajo prolongado y pausado, con objetivos a largo plazo y siempre con las mismas personas, frente a la labor más inmediata característica de un educador de Museo. El acercamiento al Museo fue gradual, de lo general a lo particular, y del mero reconocimiento hasta llegar a lo afectivo. Empezar por lo básico, además, nos posibilitaba a nosotros la repetición de conceptos que en muchas ocasiones tenía que ser continuada para evitar la exclusiva memorización de términos, un proceso que ellos dominaban a la perfección, y que hacía que no integraran el contenido, con lo cual, teníamos también nosotros la posibilidad de controlar mejor el avance individual y grupal de las propuestas. A ellos les sirvió para ser conscientes de que la memorización de un dato es positiva pero que tenía que ir sustentado por el conocimiento y comprensión del significado para después poder transferirlo. Después, alcanzamos un segundo estadio de comprensión desde donde se trabajó la capacidad de sacar consecuencias y conocimientos añadidos de la información. Por ejemplo, a la petición de buscar datos sobre una obra algunos de ellos respondían con la copia literal de lo que aparecía al respecto en fuentes diversas como la guía del Museo o Internet; otros verbalizaban lo dicho en otras clases. Esto desde luego se valoraba como positivo en cuanto a que de manera autónoma habían decido buscar una solución y demostraron saber dónde buscar, de la misma manera que podría haberlo hecho cualquier otro alumno; pero lo que queríamos era que ellos se dieran cuenta de dos cosas más. La primera, que también era conveniente saber el porqué de las cosas y, la segunda, que lo que también nos interesaba era su visión personal, que hicieran suyo el Museo y que vieran que su opinión era tan válida como la de la guía de tal manera que los cuadros podían tener muchas lecturas y todas diferentes. Y no porque ellos fueran diferentes sino porque siempre es así con cualquier público. Desde el departamento ha sido siempre ésta una línea de actuación común en el desarrollo de nuestro trabajo con todos los grupos, a saber, que cualquiera puede hablar de una imagen, en nuestro caso artística pero eso es sólo una particularidad más, si se les enseña las herramientas de lectura, de la misma manera que se hace generalizadamente con un texto. Sobre este segundo punto sería conveniente añadir también que se integraba dentro de otro objetivo que cruzaba transversalmente los de aprehensión de conocimientos y que se refería a su desarrollo personal... El grado de autoexigencia de los componentes del grupo era y es altísimo porque se les presiona en una consecución de capacidades que miden su nivel de integración social. Su realidad diaria es una lucha permanente por el éxito hacia el exterior a todos los niveles y el programa pretendía que esa motivación se focalizara hacia su propia evolución personal. Que perdieran el miedo a exponer públicamente sus emociones o sus opiniones. De ahí que en un primer momento fueran a lo seguro, a la autoridad, a la guía a la que antes hacíamos referencia... Por nuestra parte, les propusimos dar su visión, queríamos que vieran que ellos, como todos museo abierto Página 2

3 frente a una obra de arte, son la autoridad... que podemos saber cosas que vienen en los libros, información del autor, de su vida, del cuadro, pero que éste luego tienen otra vida que es la que tiene que ver con su relación con el espectador y que ahí de nada nos sirven las guías. Se trataba de establecer una relación afectiva con su propia creatividad intelectual y plástica. Por todo lo explicado, delante de las obras, la metodología que aplicamos en el departamento educativo del Museo con todos los públicos está basada en las siguientes premisas: cualquier persona puede hablar de arte la participación activa del espectador su interacción verbal con el resto del grupo realizando aportaciones al conocimiento del resto el desarrollo de herramientas y habilidades que le sirvan para leer imágenes artísticas con autonomía y sentido crítico la relación de la obra con sus propias vivencias y su entorno el protagonismo dado al establecimiento de proposiciones frente a la acumulación de conceptos aislados la idea de que la creatividad es algo presente y necesario en todos los ámbitos de la vida la convicción de que la diversidad hace mucho más rica la lectura de la obra de arte el respeto a cualquier lectura, opinión o manifestación artística o creativa En cada cuadro invertimos un buen rato. No queremos que se pasee la mirada sobre una superficie llena de colores y objetos, sino que la vean en profundidad y saquen de ella los elementos que le permitan entender la obra, reflexionar sobre ella o poder entender otras obras. Comenzamos creando un ambiente relajado donde se puedan sentir en confianza. La idea de estar en un Museo no tiene porqué ser coercitiva. Preguntamos cosas al grupo y sus respuestas hacen que los educadores planteen nuevas cuestiones ya que la idea es que sea el grupo el que dirija el discurso, que ellos creen el camino de su aprendizaje. Partimos de la descripción de la obra, no como una forma de crear un catálogo de lo que hay, sino de reconocer, relacionar y descubrir lo que la obra nos muestra. Después, lo relacionamos con lo que conocen para que entiendan que la obra de arte también quiere contarnos algo, trasmitirnos un mensaje. Finalmente se abren las puertas a la reinterpretación, en ese momento entra lo subjetivo y es cuando se produce el encuentro personal con la obra de arte. Es decir, partimos de lo objetivo para, relacionándolo con lo que conocemos, ir a una interpretación conceptual de la obra y desde allí a un conocimiento afectivo con el arte. museo abierto Página 3

4 Las preguntas que les hacemos son del tipo: Para acercarnos a la obra: qué ves? qué está pasando? Para profundizar en lo representado: hay algo más? cómo lo sabes? cuéntanos alguna cosa más sobre el cuadro? Para tratar los elementos del lenguaje visual: de dónde viene la luz?, de qué material está hecho ese objeto?, es grande o pequeño en relación a qué?, de qué color es?... Para producir reflexión: por qué? explícalo de otra manera? qué has visto que te hace decir eso? Para inducir a la conversación: los demás también lo veis? estáis de acuerdo? alguien ve algo más? Para imaginar: qué pasaría si no estuviera? qué ocurrirá después? qué ha pasado antes? a qué te recuerda? Con el grupo hemos utilizado este mismo método en las sesiones en las salas sin apreciar diferencias sustanciales respecto a un grupo de un nivel cognitivo similar salvo en el momento en el que se establecían relaciones entre la obra y sus propias vivencias. Cuando tomábamos ese camino, lo vivencial tomaba más protagonismo que el cuadro, lo sustituía de tal manera que no éramos capaces de mantener aquello que formaba parte de su entorno en la línea de lo referencial sino que lo confundían con lo que el cuadro representaba y finalmente el resultado era muy confuso. Ambas realidades se mezclaban. No obstante, se decidió no abandonar ese camino sino trabajar en él para potenciar en ellos la facultad de discernir una idea de otra. De esta manera, las relaciones que pudieran establecerse entre la obra y su vida como herramienta de acercamiento a la obra serían para ellos también un instrumento de trabajo y no una dificultad. También se observaron diferencias en lo emocional en tanto que teníamos a un grupo muy evolucionado a ese nivel; ellos se identificaban emocionalmente con el cuadro muy rápidamente, por ello, añadimos una pregunta más: Para sentir: te gusta? qué te hace sentir eso? y si lo cambiáramos? los demás sentís lo mismo? Finalmente, para concluir, mencionar que cada uno de los logros, de los cambios, de las actividades propuestas, de las maneras de llevarlas a cabo, de los comportamientos, etc., no fueron diferentes en ningún caso a todo lo que se podría haber propuesto a un grupo normalizado de un nivel intelectual similar y que, además, por ser adultos, aportaban una experiencia vital que hacía que la actividad pudiera evolucionar a otros niveles mayores de exigencia que no se podrían haber pedido a un grupo de menor edad. Por otro lado, e igualmente importante, el haber aprendido que el valor real del trabajo no se podía medir de acuerdo a nuestras expectativas, a todo lo que nosotros les queríamos enseñar, sino de acuerdo a todo aquello que ellos podrían aprender y transferir después de una manera natural. Y, desde luego, en ese proceso, los chicos también evolucionaron. De alguna forma, el grupo se despojó de expectativas, museo abierto Página 4

5 objetivos y deseos para encontrar la manera que nos venía bien a todos y hacerles partícipes así del desarrollo del programa. Ellos nos enseñaron el camino y entre todos lo recorrimos. Han perdido el miedo a opinar sobre una obra de arte. Es de observar que a cualquier tipo de público le parece esto una tarea difícil, para la que se tiene que estar formado académicamente, bien, ellos han demostrado, pero como lo demuestran todos los grupos con los que hemos trabajado, que si les ofreces las herramientas necesarias para leer una imagen, de la misma manera que se enseña a leer un texto, el acercamiento al arte es un acercamiento a un lenguaje más que nos ayuda a comunicarnos con los demás y con nosotros mismos. es Licenciada en Historia del Arte y educadora del Área de Investigación y Extensión Educativa del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. museo abierto Página 5