BIBLIOTECA PÚBLICA MUNICIPAL DE RIBADESELLA LA GOTA QUE COLMÓ EL VASO

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Samuel Toledo Benítez
hace 8 años
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1 BIBLIOTECA PÚBLICA MUNICIPAL DE RIBADESELLA LA GOTA QUE COLMÓ EL VASO Beatriz Rosete Álvarez Nerea se levantó en plena noche a la cocina. Tenía muchísima sed. Dejó el grifo corriendo para que se enfriara, y llenó el vaso hasta el borde. Una pequeña gota salió del vaso que se había desbordado. Nerea bebió con mucha gana todo el contenido y se volvió a acostar, muerta de sueño. La gota se quedó sola en el fregadero. Se sintió libre y pensó: Me voy a recorrer el mundo. Quiero conocer el manantial del que vengo, conocer ríos, mares y hacer nuevos amigos. Salió despacito, deslizándose por debajo de la puerta. La ciudad estaba llena de ruidos, de coches y con muchas luces que asustaron a nuestra gota. Caminó toda la noche y llegó a una fuente. No encontró a ningún amigo. La fuente estaba seca. Empezó a entristecerse, pero siguió hasta las afueras de la ciudad en busca de un río o el mar. No encontró nada. Sólo un arroyo que ahora también estaba seco. La gota comenzó a asustarse de verdad y a pensar que había hecho mal en escapar de su casa, de su grifo. La vida no era como ella pensaba. La tierra estaba muy seca. Pensando en todo esto y agotada por tanto caminar, se quedó dormida. Despertó con los rayos del sol que amenazaban con hacerla desaparecer, Corrió a buscar sitios donde diese la sombra, pero fue peor. De las zonas oscuras empezaron a salir ratones, ratas y animales pequeños muertos de sed. Empezaron a perseguirla queriendo bebérsela. La gota estaba desesperada. Se escondió debajo de una piedra. Los animales pasaron delante de ella, sin verla. Cuando se sintió a salvo, se encontró muy sola. Estaba tan triste que le salieron dos lágrimas. De esas lágrimas salieron otras y otras y otras. En un momento se formó un gran charco. Las gotas siguieron llorando y multiplicándose. Cuando se dieron cuenta, se habían convertido en un pequeño río. Nuestra gota se puso muy contenta. Estaba rodeada de amigas. Todas juntas se pusieron a cantar. Cantaban tan alto que todos los animales de la ciudad se fueron acercando a beberlas. Pero ahora ya no importaba porque las gotas salían sin parar Cuando Nerea se levantó para ir al colegio, vio un pequeño charco en la cocina. Cogió la fregona de su madre y lo secó. Nunca se imaginaría todo lo que significaba, y cuantas lágrimas podían juntarse.

Nerea bebió con mucha gana todo el contenido y se volvió a acostar, muerta de sueño. La gota se quedó sola en el fregadero. Se sintió libre y pensó: Me voy a recorrer el mundo.

2 BIBLIOTECA PÚBLICA MUNICIPAL DE RIBADESELLA ENTRE ESPAÑA Y ECUADOR Marina Suco Cerra Me llamo Juan y tengo 12 años. Mi madre siempre me está riñendo, que si Juan estudia, Juan come, pórtate bien, y yo ya estoy un poco harto porque creo que es una exagerada y lo hace por fastidiar. Y por si fuera poco luego llega mi padre y otro tanto de lo mismo, la verdad es que ya me tienen aburrido. Un día mi madre me dijo que iba a apadrinar a un niño y que yo sería su padrino, yo le dije que me daba igual, total lo iban a pagar ellos! Entonces me dijeron que apadrinarían a un niño llamado Néstor, que tenía 8 años y que vivía en Ecuador. Pasaron dos meses y mis padres me obligaron a escribirle una carta, y digo me obligaron porque yo no quería, además no lo conocía Qué le iba a contar? El caso es que por no aguantarles me puse a escribir y esta fue mi carta: Hola Néstor: Me llamo Juan, tengo 12 años y soy tu padrino de España, te voy a contar como es mi vida. Nací en Oviedo en el hospital, cuando tenía 3 días me llevaron a casa y allí estaba toda mi familia, tíos, abuelos, primos, esperando para conocerme y darme sus regalos. Con 4 años empecé al colegio y empezó mi calvario, todos los días a madrugar. Cada año que pasa es peor, quieren que estudie y luego aguantar a los profesores! Menudo rollo! Lo único bueno es el recreo donde juego con mis compañeros, y, menos mal, que cuando llega el fin de semana y que además de jugar puedes ir al cine o vas de viaje. Vivo en una casa con tres habitaciones, con mi madre y mi padre. En mi habitación tengo la tele, la consola y un montón de juguetes, aunque este año estoy enfadado porque pedí a los Reyes una consola nueva y no me la trajeron. Mis padres siempre me están riñendo porque no estudio o porque no me porto bien, bueno tú ya sabrás lo que es eso, son pesados! verdad?

Y por si fuera poco luego llega mi padre y otro tanto de lo mismo, la verdad es que ya me tienen aburrido.

3 Luego está lo de tener que ir todos los años al médico, revisiones, vacunas, vitaminas, etc. Bueno creo que ya te he contado como es más o menos mi vida, supongo que como la de casi todos los de nuestra edad. Un saludo, JUAN. Al cabo de un mes recibí una carta de Ecuador. Y la carta decía así: Hola Juan: Me llamo Néstor, tengo 8 años y yo también te voy a contar mi vida. Nací en un pueblo de Ecuador, pero no en un hospital sino en una chabola en la que cuando llueve entra el agua. En casa estaban mi padre, mis dos hermanos y mi madre y el único regalo que tuve fue todo el amor que ellos me podían dar, y probablemente pensaran, que era otra boca más que alimentar. Al año y medio de nacer yo, nació mi hermana y el parto se complicó y entonces mi madre murió. En mi casa cuando es mi cumpleaños o de cualquiera de mis hermanos es un día más. Cuando cumplí 4 años como tú yo no fui al colegio sino que fui a un vertedero para ver si entre lo que otros habían tirado había algo que yo pudiera encontrar y que todavía se pudiera aprovechar. En lo que si coincido contigo es que yo también tengo que madrugar. Yo no aguanto a los profesores, es verdad, aguanto a unos adultos que nos explotan a mí y a mis hermanos. Yo los fines de semana trabajo igual que el resto de la semana. En mi casa solo hay una habitación donde dormimos todos, no tenemos tele y no sé lo que es una consola, si me vuelves a escribir me los explicas. Los Reyes por aquí no pasan, así que no me puedo enfadar porque no me traigan nada. A mí, mi padre no me puede regañar por no estudiar porque no tengo la oportunidad de ir a la escuela, tampoco por no comer porque hay días que no tenemos ni pan. Mi madre tampoco me regañar porque como ya dije murió. Aquí no tenemos médico, así que tampoco vacunas ni vitaminas. Mi hermana está ahora enferma de malaria y no sabemos si sobrevivirá. Después de contarte mi historia me gustaría que me contestaras y que me respondieras a esta pregunta De qué te quejas?

Y la carta decía así: Hola Juan: Me llamo Néstor, tengo 8 años y yo también te voy a contar mi vida.

4 P.D.: Tú carta me la leyeron y ésta, yo la dicté y me la escribieron porque yo no sé leer ni escribir. Aunque ahora, gracias a tu ayuda, voy a empezar a ir a la escuela, y así igual tengo alguna posibilidad en la vida. Un saludo, NESTOR. Cuando acabé de leer esta carta sin darme cuenta estaba llorando y sentí vergüenza de mi carta y entendí lo egoísta que era. Ahora intento ser mejor y desde luego creo que tengo un gran amigo que se llama Néstor.

5 BIBLIOTECA PÚBLICA MUNICIPAL DE RIBADESELLA SOY UNA HOJA EN BLANCO Noemí Antonucci Cuevas Érase una vez una hoja, que siempre estaba triste. Os preguntareis por qué? Pues porque todas las hojas que ella conocía tenían algo que contar. Unas encantaban a los niños con sus cuentos: Érase una vez en un país muy lejano Los niños cuando lo leían se alegraban mucho, porque podían vivir muchas aventuras con personajes fantásticos. Otras hojas regalaban poesías: Oh bellísima Inés, con ellas la gente se enamoraba, se pedían perdón o se despedían. Otras formaban parte de un libro de recetas. A la gente que le gustaba cocinar hacía platos muy sabrosos Y así, miles y miles de hojas interesantes. PERO ELLA? Estaba en blanco, no contaba nada, no hacía reír, ni llorar, ni pensar, nadie se apasionaba con ella. Solo la habían utilizado para empaquetar un regalo y luego la tiraron en la papelera del parque. Nadie le daba importancia a aquella hoja. Hasta que un buen día, un niño que jugaba en el parque la encontró, la sacó de la papelera y se la llevó a su casa. Mientras que el niño planchaba la hoja, pensaba qué hacer con ella: Un avión que pudiera volar por el parque? Hacer el trabajo para el colegio? Recortar figuras de papel? O hacer un dibujo?... Aquel día llegó su madre temprano del trabajo porque le había comprado un regalo. Eran unas preciosas acuarelas, con unos colores fuertes y brillantes. También le había traído pinceles de diferentes tamaños. El niño ilusionado se sentó en la mesa, preparó todo, para dejar viajar su imaginación. Cogió la hoja que había encontrado en el parque y empezó a utilizar sus nuevas acuarelas, rojo, azul, amarillo, naranja, verde Podía incluso mezclar colores, la hoja quedó preciosa. Por fin! Dijo la hoja ahora yo también soy parte de una historia.

Unas encantaban a los niños con sus cuentos: Érase una vez en un país muy lejano Los niños cuando lo leían se alegraban mucho, porque podían vivir muchas aventuras con personajes fantásticos.

6 Enmarcada en un precioso marco dorado y colgada en la habitación de su pequeño rescatador y finalmente creador, iluminó por muchos años la habitación con sus coloridos. Con esta historia quiero decir que todos somos, tarde o temprano, parte de alguna historia.

muchos años la habitación con sus coloridos.

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